martes, 23 de abril de 2019

CONFUSIONES (Javier de la Iglesia)

Ahí estas de nuevo invadiendo mi interior. Siento como vas creciendo hasta ponerme verde. Quiero vomitarte, que esa persona cínica que tengo delante de mi quede pringada de ti porque simplemente se lo merece, tan pringosamente impregnada que no sea capaz de mover los labios para rebatirme pues es la que más tiene que callar. Mi demonio me anima después de lo que me soltó por esa viperina boca sin razón de ser, me empieza a provocar el vómito, pero mi ángel lo frena. Me dice que cuente hasta diez y si diez son pocos que cuente hasta donde haga falta. Bien pensado, ese… “personaje” no merece ni diez números de mi valioso tiempo.


¿Pero qué le pasa a la gente últimamente? Parece que todos te llevan por bandera de forma exagerada y equivocada. Te usan para hacer daño gratuitamente escudándose detrás del: “Yo es que no puedo callarme, soy así. Pero desde el respeto y con cariño” Si, si, desde el cariño pero suelta el dardo más envenenado que la manzana de la madrasta de Blancanieves. Y eso de respeto…. Bueno dejémoslo ahí.


Estoy de acuerdo, sí. Eres buena pero tampoco hace falta abusar de ti. Las cosas en su justa medida son las perfectas. Y perdona que te lo diga pero yo muchas veces, casi siempre, pues mi ángel suele ganar a mi demonio, te contrarresto con algo que se llama tacto. Reconócelo. Sales perdiendo la mayor parte de las veces que te enfrento a él, volviendo a quedarte en mi interior porque no siempre hay que usarte. Mi paciencia me ayuda a contenerte en mi estómago. Ya llegará el momento oportuno de hacerte salir. Además, que me haga el tonto no significa que no me entere de las cosas. A lo mejor son los demás los que si se creen que no me doy cuenta de la realidad y es entonces cuando yo me pregunto: ¿En quién está la tontería? Mira:
los que siempre te usan en todo momento son los que no conocen nada de esa palabra que te pronuncie hace unos segundos: el tacto


Oye, aclárame una cosa ¿Por qué los que te llevan como escudo son los que menos aceptan las críticas hacia ellos? No me dices nada ¿No? Tú silencio ya habla por ti. Tú tampoco sabes contestar. Te voy a decir yo una cosilla que pienso sobre esa gente de la te estoy haciendo mención: “Consejos vendo que para mí no tengo”


Y ahí está otra vez, soltando por esa boca maligna disfrazada de monja boba opiniones que nadie le pide, usándote otra vez para mortificar. Lo malo es que esta vez ofendió a mi ángel y mi demonio salió a defenderlo, provocándome el vómito irrefrenable de ti mientas a mi angelote parecen habérsele olvidado los números del uno al diez.


Abro mi boca y lo suelto todo satisfactoriamente. Cuando termino veo a esa persona delante de mí, totalmente cubierta de ti, hasta tal punto que quiere abrir la boca, pero tú, pegajosa como estas, no se lo permites; y haces bien porque no puede rebatirme nada de lo que le solté encima pues es la que más falsedad lleva dentro.


Me siento relajado y victorioso, exorcizado de ti, de tanto tiempo que llevas poseyéndome y esta vez no acudí al tacto, aunque si a la educación. La verdad es que a veces hay que escupirte. Pero hay una diferencia. Yo si te he usado muy justificadamente, no como esas personas que a menudo te confunden. Confunden tu nombre, “sinceridad”, con otra cosa muy distinta que se llama “falta de respeto”

5 comentarios:

  1. La epidemia del siglo XXI, el sinericidio de la gente...q despues lo eres tú y te llaman borde

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No puedo estar más de acuerdo con tu comentario. Gracias!!!!!!

      Eliminar
  2. Muy buena reflexión y muy cierto que la sinceridad total no es buena para nadie. Y ahora la revierto hacia uno mismo y me pregunto ¿en algún momento he podido caer en la necedad de portarme yo así con alguien? Y la respuesta es sí. Porque, muy probablemente -y sin querer-, he podido ofender sin saberlo.

    ResponderEliminar
  3. O narrador desta historia busca respostas a través de preguntas retóricas de dúbidas, de reflexións sobre o mundo que o rodea. Intenta descifrar un xeito de mostrar a verdade coma unha panacea. Intenta comprender, madurar, resistir sen perder a súa propia autenticidade.

    ResponderEliminar
  4. Gracias polos vosos comentarios. E se con ler esto vos fai reflexionar sintome moi ledo !!!!
    Javier de la Iglesia

    ResponderEliminar