lunes, 28 de octubre de 2019

LA PREGUNTA (Noela Martino Brea)

Mientras te acercas sabes lo que quiero.
Lo noto en tu mirada.
Sé que has estado todo el día pensando en mí, se que mientras soportas el tedio tu mente está muy lejos del trabajo descansando en mi pecho.
Por la forma que me besas nada más llegar sé que mientras tomas el café de media mañana te imaginas metido entre mis muslos.
Lo sé por lo que me haces cada noche.
Me gusta que seas tan rudo, que me cojas por la nuca y metas tu lengua en mi boca marcando territorio, diciendo que soy sólo tuya, me hace sentir poderosa provocarte esa sensación.
Me gusta la urgencia con la que me desnudas, cómo me muerdes el hombro mientras me bajas las tiras del sujetador.
Sabes que me vuelve loca tu forma de lamerme los pezones, la tortura que me supone que vayas bajando por mi estómago de una forma tan lenta y que te detengas con tanta maldad en mi ombligo mientras me escuchas jadear desesperada pidiéndote más.
Yo espero también la llegada de la noche cada día, ese momento en el que te puedes escapar de tu rutina para meterte en el país particular que hemos montado dentro de las sábanas de mi cama.
Sé lo que te gusta.
Que te bese suavemente la barbilla y que me entretenga en tu oreja...noto como tu respiración se acelera.
Me gusta acariciarte muy suavemente el pecho mientras me hundo en tu pubis buscando tu placer que también es el mío.
Desde que nos conocemos ninguno de los dos pensamos con claridad hasta que estamos en los brazos del otro.
Nada más importa que tu piel pegada a mi piel, que tu calor en el mío.
Cuando estas dentro de mí el tiempo se detiene y todo el universo gira alrededor nuestra.
Me desespera tu forma de penetrarme, despacio, centímetro a centímetro.
Me sofoca como me agarras las muñecas para que no me mueva mientras me posees.
Me excita tus respiración y tus susurros en mi oído, las palabras sucias y las promesas de amor. Como pasas por todos los registros en cada uno de nuestros encuentros.
Nuestras respiraciones se aceleran al mismo tiempo, se acompasan y nos hacen uno.
Cuando te corres y balbuceas mi nombre yo suelto todos los lazos que atan a la conciencia y me dejo ir hacia la tormenta de placer que has creado para mí.
Sabes que no puedo vivir sin ti.
Sé que no puedes vivir sin mí.
Por eso no lo entiendo.
Así que ahora, mientras enciendo este cigarrillo y veo como te vistes...aún sabiendo que vas a volver mañana...¿me lo puedes explicar?
¿Qué es lo que te hace volver a tu casa dónde ella te espera?

4 comentarios:

  1. Que bueno. Directo, claro y conciso. Bien explicado sin caer en lo soez y expresando toda la lujuria, el erotismo y la sexualidad a la vez que se acompasa con los sentimientos mas profundos del amor. Y con eda pregunta final totalmente inesperada que eleva el relato a lo mas alto. Me ha encantado. Genial.

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  2. Relato incandescente, lúbrico y muy visual que desabrocha la intimidad sin complejos hasta el punto de confesar esa espina de saberse abandonada después de cada encuentro.

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