Solo usando las palabras
luchará contra sus miedos.
Mientras espera el momento de hablar
y que sólo le responda su eco,
ha quemado las fotografías
para dejar sin pasado el presente,
ha escrito sus cicatrices
en libretas infantiles
y las ha echado a la hoguera
esperando que mañana todo
sean cenizas olvidadas.
Una vida reprogramada
sin afonía en la garganta.
Corto pero intenso, con ese punto de inflexión que parece anhelado y necesario. Pocas palabras que, en el fondo, dicen mucho. Chulo.
ResponderEliminarJavier de la Iglesia
Gracias Javier.
EliminarLa poesīa siempre es un bálsamo.Besos Yolanda.
ResponderEliminarEstoy contigo, Ángeles, y ¡cuánto nos agrada ese bálsamo!
EliminarUn abrazo