lunes, 2 de diciembre de 2019

Cicatrices. (Noela Martino Brea)

Me besó...y en ese beso sentí cada una de las cicatrices cerradas en su corazón,. Sentí las desesperación que sus labios me transmitían por ser amado, por ser correspondido y encontrar a alguien que le diera lo que le hacía falta.

La primera cicatriz era de color azul.
Sabía que era de aquella niña con el pelo rubio y los ojos claros, una niña inocente...pero que en esa inocencia escondía el despertar del primer amor. Pude verla, su sonrisa sin mácula, el recuerdo de como le cogía de la mano y le susurraba palabras de amor puras. Era esa cicatriz que deja la primera persona que hace que tu corazón tiemble, la que piensas que es con la que vas a pasar el resto de tu vida y que luego se va dejándote desengañado y solo. Esa cicatriz le había dolido, pero aún tenía un sabor dulce y su recuerdo aún le hacía sonreír por aquella niña de pelo rubio y por la inocencia perdida.

La segunda cicatriz era violeta.
Pertenecía a aquella adolescente con el pelo negro, los vaqueros rotos y la camiseta raída de los Ramones. Sus ojos verdes maquillados le había robado el corazón y algo más,,, con ella fue su primera vez. Fue el primer cuerpo desnudo de mujer que sintió en sus brazos. Ella sabía al primer cubalibre, al primer cigarrillo y a los primeros celos. La herida había sido profunda y las discusiones la abría siempre que él intentaba cerrarla. Hasta que la encontró una noche en un pub en los brazos de otro. Entonces decidió cerrarla para siempre y dejar atrás su niñez.

 La tercera cicatriz era verde.
Verde por los celos y la desconfianza que arrastraba...quizás la chica no se lo merecía, o él no se la merecía a ella, pero se volvió totalmente loco. Duró hasta que ella no aguantó más, no aguantó el acoso, las continuas llamadas y las preguntas que la agobiaban. Simplemente un día desapareció, sin explicaciones y sin reproches. Salió de su vida para nunca más volver.

La cuarta cicatriz era amarilla.
Ella era la luz del sol. Cansado de la lluvia se fue a trabajar un verano al sur para conseguir darle un poco de calor a sus huesos y alejarse de todos los recuerdos que cargaba en su pecho y le hacían sentirse mal. Entonces la conoció, paseando por la playa como una auténtica sirena con la piel tostada y la sonrisa más alucinante del mundo. No se entendían pero eso no impidió que se enamoraran de forma apasionada, con ella escuchó palabras de amor en otro idioma y promesas de eternidad. Pensaba en irse con ella al acabar el verano, hablaban de sus planes tumbados por las noches
en la playa con las manos entrelazadas después de hacer el amor bajo las estrellas y ansiaban comenzar a vivir las aventuras más increíbles alrededor del mundo, pero el verano se acabó y ella se acabó con él. Recordaba aún lo que lloraron en el aeropuerto, como se juraron medio en castellano medio en polaco escribirse todas las semanas y llamarse en cuanto pudieran. Como se verían una vez al mes en un destino intermedio, pero todo se quedó en eso...en promesas que con el pasar del tiempo se diluyeron en la nada y quedaron en cenizas.

La quinta cicatriz era roja.
La conoció en la biblioteca, mientras estudiaba para los exámenes finales de la facultad. Se sentaba enfrente de él todos los días, con su pelo rojo recogido en un moño descuidado y sus gafas de pasta negras, cada noche al llegar a casa pensaba en ella así que, uno de ellos, se decidió a entablar conversación. De esa conversación pasaron a los cafés, de los cafés pasaron a las discusiones típicas de dos universitarios que creen que van a comerse el mundo y a cambiarlo el día de mañana, de la filosofía, la literatura y la política pasaron a la cama. Follaban como si no existiera el resto del mundo, ella despertaba todos sus sentidos y lo volvía un pervertido, nada más importaba cuando estaban piel contra piel. Él estaba convencido que era la mujer con la que se casaría y decidido compró un anillo y se lo pidió, pero ella lo rechazó. Dijo que en su país de origen le esperaba alguien, que ya estaba prometida y que él sólo había sido una aventura de Erasmus, y así se acabó. No la volvió a ver ver por la biblioteca y a golpe de polvos con otras chicas la fue olvidando, aunque nunca volvió a encontrar lo que había encontrado en aquella escocesa.

La sexta cicatriz era añil.
Fue una amiga de su madre. Cuando volvió a casa con el diploma en la mano ya era todo un hombre y aquella mujer madura le puso el ojo encima. Al principio era excitante, algo totalmente prohibido y el sabía que no podía pasar de ahí. Pero aunque se resistió al final se acabó enamorando. Todo era sencillo porque sabía lo que había, pero un día ella cambió. Desconfiaba de él, pensaba que era demasiado joven para ella y que podían hacer mucho daño a la gente de su alrededor...que no lo entenderían, que no quería perder la amistad de su madre por un chiquillo ni que su marido se enterara de la infidelidad y la dejara. Así que zanjó el asunto, él le suplicó y la persiguió durante un tiempo, hasta que ella harta le amenazó con denunciarlo por acoso, así que se rindió y disimuló delante de su familia cada vez que la veía en público colgada del brazo de aquel otro hombre que no sabía como hacerla feliz.

Y entonces me conoció a mí.

Yo trabajaba de camarera y siempre lo veía sentado detrás de la barra. Todos los día a la misma hora pidiendo lo mismo y pasando allí las horas muertas hasta que cerrábamos. Un día comenzamos a hablar, era un hombre terriblemente atractivo, y de la charla pasó a esperarme cuando salía y acompañarme al coche para que no fuera sola.

Día tras día, confidencia tras confidencia hasta que me besó...y en ese beso sentí cada una de las cicatrices cerradas en su corazón y como se hacía el espacio para, mañana, acoger a la cicatriz que yo le dejaría.

2 comentarios:

  1. Madre mia!!! Acabo de quedar sin palabras. Sin saber que decir!!!! Ese momemto en el que te vuelves mudo después de ver algo apoteósico y grandioso que te deja las cuerdas vocales en shock porque no existen las palabras adecuadas para describir lo mucho que te gusto eso de lo que acabas de disfrutar. Eso me paso con este relato. Impresionante Noe!!!!!!!

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  2. Relato que conjuga una paleta de colores y sentimientos, asociando ambos a cada etapa evolutiva del amor. Cerrando cicatrices, abriendo el corazón a nuevas oportunidades de querer. ❤️❤️

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