lunes, 29 de julio de 2019

SIN TÍTULO. (Yolanda López López)

Solo usando las palabras
luchará contra sus miedos.
Mientras espera el momento de hablar
y que sólo le responda su eco,
ha quemado las fotografías
para dejar sin pasado el presente,
ha escrito sus cicatrices
en libretas infantiles
y las ha echado a la hoguera
esperando que mañana todo
sean cenizas olvidadas.
Una vida reprogramada
sin afonía en la garganta.

lunes, 22 de julio de 2019

A LIBERDADE (Ángeles Madriñán)

Devezo por ser libre, por abandonar a curvatura sen fin da miña vida, esa órbita na que me movo irreductiblemente. Adiante sempre. Atrás sempre cando fago a conta.

Érgome sen a esperanza dun mañá diferente. Déitome coa rutina esgotadora de brazos en suspensión, executando movementos mecanizados de obreiro de cadea de montaxe, que adormece na rutina da súa supervivencia.

Mercáronme un paxariño para que me fixera compaña, por mitigar a soidade que me afoga con cada segundo. Dende a súa gaiola feituquiña, dá paseos curtos e volve prisioneiro cara ó refuxio. Agora xa somos dous neste cárcere de melodías acompasadas. Somos liñas paralelas destinadas a non atoparse en ningún punto.

Soño co reino onde os que son coma min íspense destas obrigas e abandónanse á imaxinación. Vestidos de maxia, derrétense no seu quefacer de mundos inexplorados, mudan en esculturas, sen importarlle o tempo que a min tanto me amola.

Nos escasos intres en que descanso, nos que o segundeiro me dá unha paz en minúscula, soño que vivo lonxe, que fuxo pola fiestra entreaberta do salón e cun piar miudiño de fuga morna saímos voando os dous reféns deste zulo-comedor camiño doutras terras. Alí chámanme horloge cunha dozura que me sabe a mel, bautízanme coa liberdade que ansío, L´horloge du vent, e sei que xa Dalí, Miró e outros soñaron antes ca min, pero os soños non son patrimonio de ninguén e entre todos soñamos o que nos dá a gana, porque para iso serve a liberdade. Non perdades o tempo, sede libres coma min alomenos cando soñades, e non esquezades deixar entreaberta a ventá do salón, por se hai algún reloxo preso ou algún home ou muller que soñe coa liberdade.

lunes, 15 de julio de 2019

MANIPULACIÓN ( Yolanda López López)

Según la RAE su significado es ”acción y efecto de manipular*”.

* “Manipular” 1. tr. Operar con las manos o con cualquier instrumento. 2. tr. Trabajar demasiado algo, sobarlo, manosearlo. 3. tr. Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares. 4. tr. coloq. Manejar alguien los negocios a su modo, o mezclarse en los ajenos.


¡Qué interesante la tercera! … “distorsión de la verdad” …


Yo me pregunto: ¿Cuándo nos volvemos manipuladores los humanos?


¿A los 2 años?
¿Cuándo tu cerebro se expande, te pone las primeras palabras en la boca y te empuja a crear retos en forma de pataletas caprichosas y chillonas para conseguir tus objetivos más básicos?

¿A los 14 años?
¿Cuándo despiertas de la niñez desperezándote hormonalmente creyendo que la inocencia es tu mejor baza ante unos padres orgullosos y confiados que confían en tus palabras?

¿A los 18 años?
¿Cuándo alcanzas la mayoría de edad y deseas nacer al mundo adulto por los pies, sin miedo a la caída afrontando peligros ajenos a tus padres sobreprotectores para que conseguir flexibilidad y permisibilidad?

¿A los 40 años?
¿Cuándo hastiado por una vida personal insatisfactoria buscas excusas para engañar a los demás justificando tus cambios recientes (físicos y emocionales), aunque que te hacen seguir con el mismo descontento hasta la próxima crisis: los 50 –pero eso tú no lo sabes-?


Sea cual sea la edad, siempre habrá dos protagonistas: el manipulador y el manipulado.
Antes de que decidas cuál quieres ser, me veo en la obligación de advertirte de que el manipulado ha vivido varias de estas etapas y, desafortunadamente, no ha podido olvidar los sentimientos centrifugados y la resaca que ellas han tejido en su identidad, detectando enseguida a un manipulador amateur y respondiéndole como se merece: con la misma moneda.