Ya llegó la Navidad, Alex está muy feliz porque se encuentra adornando el árbol junto a su abuela Hortensia y su madre Sofía. Cuando terminen, van a colocar el Belén en la mesita que está al lado de la ventana. Esta ventana, desde la cual se ve la nieve, es el sitio favorito de Alex para sentarse y pensar cuando se siente solo e incomprendido.
Después de comer, junto con su abuela, escribirá la carta a los Reyes Magos; Alex siempre disfruta mucho ese momento, aunque este año su felicidad es doble; presiente que esta vez su regalo será, por fin, el que tanto deseaba. Ese secreto que tanto lo asustaba y debido al cual lo estaba pasando tan mal, ya lo había compartido con su abuela. El primer paso ya estaba dado.
Una vez terminan de redactar la carta, tan mágica, dirigida a sus Majestades de Oriente, Alex se dirige a depositarla en el buzón, quiere ser uno de los primeros en mandarla.
Llegó el día 6 de Enero de 2019, Alex estuvo toda la noche despierto, no pudo conciliar el sueño, las horas no pasaban y estaba cada vez más nervioso. Con el primer rayo de sol, se pone en pie y baja corriendo las escaleras, hasta llegar junto al árbol, que tenía muchos regalos debajo. Alex solo se fija en su madre, que tiene una gran sonrisa en su cara, se abrazan y le entrega un sobrecito; le pide que lo abra y, al hacerlo, Alex no se cree lo que ve. Dentro del sobre, hay una tarjeta, hecha por su madre, que simula un carnet de identidad y el nombre que aparece escrito en dicha tarjeta es el de: Alejandra. Desde la puerta del salón, su abuela observa la escena con gran emoción. El regalo que tanto deseaba Alex había llegado en un día mágico; ahora que su madre aceptaba la realidad, lo demás no importaba.
Un año después, Alejandra está feliz. Estas navidades, Alejandra desea que la sociedad la respete, al igual que lo hacen su familia y sus amigos; pero vamos paso a paso y todo llegará. Posiblemente, la situación actual sirva para concienciarnos y para que todos nos respetemos más.
